







































Un mirador que ya atrae a los romanos
La Granalla de Agua corresponde a un relieve residual de cuarzo, remontando el origen de estas rocas al Arenigiano - Ordovícico Inferior (475 millones de años). Este quartzito es el resultado de la deposición en medio marino poco profundo de arenas finas y preserva diversas marcas de actividad de seres vivos (icnofósiles), de las cuales se destacan las pistas de Cruziana resultantes de la actividad de artrópodos. Además, este lugar se destaca por la presencia de un «fojo» romano donde ocurrió explotación de oro. Las mineralizaciones auríferas existentes en la región de Arouca se encuadran en el distrito minero del Bajo Duero que se prolonga por varias decenas de kilómetros desde Esposende hasta Castro Daire. Desde el punto de vista cultural este geosítio estuvo según la tradición popular local asociada a los «moros», como el monógrafo Madureira registró hace ya un siglo describiendo aquel sitio «donde existen unas grandes cuevas o centros, que la tradición (el pueblo) dice fueron obra de los moros con el fin de extraer metal y bien parece que esto fuese para tal intento ». De este lugar se obtiene una vista privilegiada sobre la «Cantera del Valerio», al mismo tiempo que se divisan las diferentes litologías aflorantes en la región y se alcanza una panorámica extraordinaria de 360 grados. Se destaca a Noroeste el Puerto, al Norte entre los Rios y Penafiel, la Nordeste Canelas y la sierra de Montemuro, a Este las sierras de S. Macario y de S. Pedro del Sur y al Sur las sierras de la Arada y, de la Freita.